Después
de haber celebrado el día de todos los Santos, o sea, la fiesta de
todas las almas que han entrado en el cielo, la Iglesia honra el próximo
día 5 e noviembre las Santas Reliquias de sus cuerpos, que en la tierra
quedan, esperando la resurrección gloriosa, de que son prenda segura.
Desde los primeros tiempos de la Iglesia se celebraban en las
catacumbas los santos misterios sobre las tumbas de los mártires, para
unir su sacrificio al del Salvador. Más tarde, en Roma, se
erigieron basílicas en su honor; vastos relicarios que albergaban el
sepulcro de los mártires más célebres. Los restos de quienes habían
confesado su fe por el martirio se depositaban bajo el altar mayor, o
confesión de las basílicas que se les consagraban; de ahí procede la
costumbre de la traslación de las reliquias de los mártires, parte
esencial de la ceremonia de la dedicación de una iglesia, así como
también la de colocar reliquias de los santos mártires en todos los
altares, en el hueco de una pequeña cavidad del ara, llamada tumba. La
misa de las santas reliquias se halla compuesta en gran parte de pasajes
entresacados de la liturgia de los mártires.
En la Capilla de Nuestra Señora de Gracia de Alcantarilla se encuentra a
la veneración un altar relicario en el que se exponen las reliquias
auténticas de San Roque, San Martín de Porres, Santa Teresa de Jesús,
Santa Ángela de la Cruz, Santa Gemma Galgani, San Francisco de Asís, San
Antonio de Padua, Santo Padre Damián, Santa Soledad Torres Acosta,Beato
Fray Leopoldo de Alpandeire (Titular de la Cofradía), Beata Piedad de
la Cruz, Beato Fortunato Arias y Beata Teresa de Calcuta.
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