ARTICULO EN PALMA DEL RÍO

El orfebre de Palma del Río Javier Ruiz, artífice de las primeras potencias del Señor de la Salud y Misericordia y que suele lucir en su altar de la Iglesia de la Asunción, escribió en julio del pasado año un artículo en su blog y que, navegando por esos mundos de internet, ha llegado a nosotros.

Nos sentimos orgullosos de que nuestra cofradía haya trabajado con tan buena gente como la de Palma del Río, Javier y Jacob. 

Un abrazo grande a los dos. 

domingo, 21 de julio de 2013

Salud y Misericordia, un Cristo palmeño en tierras murcianas.

Año 2003, curso mis estudios en la escuela de artes de Sevilla y recibo la llamada de un buen amigo. Quero me comenta que está realizando un Ecce- Homo para Alcantarilla, Murcia, y necesita unas potencias para el Señor. –Javi, ¿te atreves? Entonces, aquello fue todo un reto. Consulto a mi maestro, Jerónimo Seco, y sin dudarlo contesta, -¡adelante!

Con trazos inseguros y pulso acelerado, con gran inexperiencia, pero con mucha ilusión presento el dibujo y comienzo a repujar. El proyecto avanza, y grandes compañeros de la escuela se involucran, no me puedo olvidar de Javi, (hoy trabaja con los Hermanos Caballero, cambió el metal por la madera) de Raúl, el de Coria (gran orfebre que hoy forma parte de la plantilla de Manuel de los Ríos) y de Rafa (trabajó con Emilio Méndez, y cambió los cinceles por la brocha gorda) los cuatro formamos un equipo perfecto. Todos tuvimos mucho que ver para que en un corto plazo de tiempo, Salud y Misericordia, marchara para Alcantarilla con sus Potencias. 

De madrugada, mi hermana me monta en el 206, y nos vamos a Palma para probar las potencias antes de ser bañadas en oro en la plaza del Pan. Quedan perfectas, bien proporcionadas, pero aún no están caladas, Madrugáde pelos y segueta por delante, pero daba igual.

Sólo unas horas en mis manos, y por correo urgente eran enviadas a Alcantarilla, el Cristo era presentado a la feligresía ese fin de semana. Reto cumplido, gracias a quienes se implicaron con la misma ilusión que yo, y especialmente a quien confió mi, entonces sólo ere un aprendiz de la orfebrería.